Hoy estamos invitados a hablar en nuestro día a día acerca de la resiliencia organizacional, ¿el detonante? la necesidad urgente de responder a un entorno cambiante que ha puesto en jaque las economias de un tercio del planeta, así como la responsabilidad moral de contener la crisis y aplicar una gestión adecuada para lo que estamos viviendo.

En diciembre de 2019 durante el proceso de actualización del Plan de Continuidad de Negocio para una empresa que ofrece servicios esenciales, planteamos con el equipo de trabajo a los líderes de los procesos el riesgo de pandemia; el mundo ya tenía la primicia del inicio del brote  en China, el gigante dormido que en la última década ha liderado los grandes cambios globales y las principales transformaciones geopolíticas a nivel mundial, estábamos frente al escenario en que “Si China estornuda, el mundo se resfría”, una de las personas entrevistadas nos contestó: “Ese virus puede estar llegando acá (Colombia) en Marzo”, gracias a esa respuesta se identificó y gestionó el riesgo con el impacto que tendría si se materializara en el Q1 o Q2 del 2020. Esta es una historia de una empresa que respondió con un Plan de Continuidad de Negocio visualizando la respuesta oportuna para la Pandemia aplicando todas las buenas prácticas y requisitos con estricto rigor, han tenido la fortuna debido a su excelente gestión de no verse en la necesidad de retirar personal, suspender sus operaciones o desvincular proveedores; sus mayores retos se encuentran asociados a las empresas cuyos productos y servicios siguen siendo consumidos por sus Clientes.

En este artículo hablaremos acerca de las herramientas e iniciativas que pueden utilizar las empresas que se encuentran frente a la pregunta ¿desaparecemos del mercado?, considerando que sus productos y servicios NO son esenciales, aquellas que se encuentran en los sectores clasificados como potenciales perdedores de la pandemia mapeados por Dcode, como por ejemplo: hoteles y restaurantes, entretenimiento, turismo, transporte aéreo y marítimo, comercio, industria, automotriz, construcción, bienes raíces y educación.

Mitigar el impacto en el tejido social de nuestros países así como una posible crisis relacionada con la estabilidad colectiva de nuestra región, es una responsabilidad que se debería abordar a través de una gestión público/privada, es por esto, que la iniciativa del Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastre es indispensable, este procura que se lleven a cabo inversiones para contribuir al desarrollo sostenible. Las recomendaciones que haré a continuación se encuentran alineadas con este planteamiento y con la experiencia que he tenido en diferentes sectores durante los últimos 5 meses.

Cuando de resiliencia y competitividad sostenible se trata debemos tener en cuenta que buscar iniciativas gremiales nos permite tener un mayor impacto y efectividad, como vimos, existen al menos 12 sectores de la economía dentro de los cuales se encuentran micros, pequeñas y medianas empresas gravemente afectadas, las pymes son consideradas por la ONU como la espina dorsal de la mayoría de países del mundo, al representar el 90% de su tejido empresarial, generar entre el 60 y el 70% del empleo y ser responsables de la mitad de todo el PIB que se genera a nivel global, de acuerdo con el Consejo Internacional para la pequeña empresa; es por esta razón que dar una mirada que permita oxigenarlas para navegar sobre esta incertidumbre es urgente.

Actualmente, bajo las circunstancias de la pandemia podríamos hablar de 3 categorías de PyMES, la primera abarca aquellas compañías que han decidido replantear su modelo de negocio buscando seguir siendo competitivas y han salido adelante, la segunda categoría relaciona las que no contaron con herramientas que les permitieran afrontar la situación actual llevandolas a desaparecer del mercado, y por último tenemos una tercera categoría donde se encuentran aquellas que están en proceso de decidir qué hacer para sobrevivir a los cambios en el entorno, los cuales se harán cada vez más agudos en la medida en que alcancemos el aplanamiento de la doble curva médica y económica planteada por Richard Baldwin, la cual tiene en cuenta las políticas de contención para aplanar la curva epidémica y las medidas fiscales para disminuir la curva de la recesión.

Algunas de las herramientas que pueden ser utilizadas por las PyMES y que se encuentran en el proceso de desarrollar una Resiliencia Organizacional y una Competitividad Sostenible, incluyen el Diamante Estratégico de Porter herramienta que permitirá el rediseño de la estrategia organizacional partiendo del principio de “conservar el tejido social” procurando alinearse con el Pacto Global a través de la inclusión de Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), dentro de esta herramienta los aspectos a tener en cuenta son:

La herramienta del diamante estratégico de Porter nos permite brindar oxígeno y esperanza a las PyMES, este nos lleva a utilizar otros instrumentos como el Modelo Canvas el cual alineará la propuesta de valor con el nuevo propósito de las empresas y es mi recomendación los ODS, el Design thinking para diseñar un Journey Map, identificando los puntos en los cuales podemos mejorar la experiencia de nuestros Clientes y finalmente establecer el Cuadro de Mando que permita definir y monitorear escenarios para gestionar la incertidumbre y responder a los cambios en el entorno, facilitando la toma de decisiones estratégicas, tácticas y operacionales que nos lleven a una Competitividad Sostenible.

Dentro de la aplicación de estas herramientas encontramos acciones que requieren de una relación entre el sector público y privado, y es justo en ese momento donde el Marco de Sendai es indispensable. Desde la UNDRR nace la estrategia ARISE, que apoya la implementación del Marco de Sendai y plantea inversiones basadas en el conocimiento del riesgo, alimentada por inversiones e infraestructuras resilientes, seguros y las PyMES, dentro de sus objetivos se encuentran:

El desarrollo de la estrategia ARISE en nuestros países cuentan con instituciones y comisiones trabajando en buscar la mejor forma de brindar apoyo a las PyMES, en Colombia el representante gremial Fenalco Antioquia a través de su programa Gestiono el Riesgo, Fortalezco Mi Negocio ha formado en gestión de riesgos de desastres a más de 1.800 empresarios del sector comercial responsables de negocios como: tiendas, farmacias y ferreterías; cada vez que le planteo a un panel la posibilidad de que en una ferretería se tenga un Plan de Continuidad de Negocio parecen sorprendidos, sin embargo su sorpresa es superada por la realidad, porque así es, a través del despliegue de equipos de trabajo que capacitan y apoyan a los empresarios para la identificación de amenazas para su negocio, los impactos asociados a su interrupción, la definición de estrategias de Continuidad de Negocio para mitigar esos impactos y la implementación de un Plan de Continuidad de Negocio para conocer qué actividades realizar en el momento en que se materialicen, ha permitido sembrar y desarrollar en ellos la habilidad para recuperar sus operaciones. Teniendo en cuenta esto quisiera invitarlos a reflexionar en la siguiente pregunta ¿De qué forma, y en alianza con quién pueden apoyar la supervivencia de los sectores más afectados de sus países a través de nuestra práctica?.

Estas herramientas e iniciativas requieren de un propósito común y claro, este me gusta pensarlo como un círculo virtuoso para la Resiliencia Organizacional y la Competitividad Sostenible dentro del cual se abordan diferentes dimensiones y prácticas, lo veo de la siguiente forma:

Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de apoyar el desarrollo de nuestra sociedad, está en nuestras manos hacer lo que sabemos que nos corresponde. La recuperación de las PyMES demanda la necesidad de reinventar, responder y redefinir, necesitamos reflexionar acerca de ¿qué tan pertinente era cambiar nuestra realidad anterior? ¿qué tan comprometidos estamos con nuestra sostenibilidad y evolución como especie? y ¿qué estamos dispuestos a hacer para transformar nuestro modelo económico?.